jueves, 22 de noviembre de 2007

Recitales de Luz...


Por Ana María Sales Montiel



Escritos sin final

¿Escribir?, ¿para quien? Hoy las palabras me ahogan, los sueños se trasladan al campo de batalla y ya no puedo luchar, no, hoy no, hoy perdí las fuerzas… Hoy me siento luciérnaga taciturna, sin luz…Desprendiendo la validez transparente del cantante sin voz, del amante sin corazón…
La melodía nostálgica me transporta al continente efímero… cierro los ojos, pero no, no es sueño ni pesadilla, estoy despierta….Quiero dormir, pero no puedo, me emborracho de tristezas nocturnas y sin sentido externo, y siento que ya no escribo..., siento que olvidé mi alma en algún lugar donde los poemas nunca terminan....


02 diciembre 2005


Poesía diaria

Se abre el telón, el silencio deja paso a un retal de sentimientos hechos canción... Se oye la melodía de fondo, mientras la prosa y varios sonetos, hacen de marco triunfal de la velada....
Multitud de miradas fijas en un solo rostro, silencio, silencio.... para llenarnos de cada una de esas palabras... sostenerlas en nuestro pensamiento y dar el sentido adecuado....Y el poeta llora, invadido por la ausencia del amor que dejó marchar... Nos hace cómplices de su melancolía, y muchos son los que se sienten cercanos a esa realidad y no pueden, mas que lo intenten, acompañar al protagonista en su danza salada...
Última estrofa marcada por la esperanza, y entre lágrimas el poeta sale ensimismado de su aparente soledad… y mira la multitud... Su sonrisa nos contagia tras habernos mostrado su mundo y, como respuesta sin mando, una incesante lluvia de aplausos se hace dueña del recinto, broche de despedida para el poeta...
Se cierra el telón y un abrazo late el devenir de nuevos poemas...


23 diciembre 2005



Souvenirs vitales
Oscurecía...
y la ciudad era un cúmulo de sombras ajenas, enorgullecidas de sus propias vivencias y fortalecidas de recuerdos con sonrisas.
El tren seguía incansable, sobrevolando la ladera del desconcierto.
Junto al pasajero se sucedían sueños pragmáticos, enajenados por realidades palpables, tanto así que desafiaban la calma de su acorazada alma...
Latía el devenir de los años mientras la veracidad marcaba sus dos probables caminos: permanecer estancado en el lago con escarchas de sueños rotos, lágrimas y desolación o bien seguir el viaje que contaba como único aliado esperanzas como suovenirs.

Yo... ya elegí


Viaje en tren

Se escriben vivencias sobre el andén que se asemejan a herencias pero esta vez sin beneficiarios, historias de viajeros plasmadas como sueños sobre papel manchado.

Frente a mi un señor con porte inglés, aire desenfadado, ojos enlatados y un despotismo austero. Su mirada triste nos hace conocedores de que su vida se encuentra del revés. Al otro lado, una niña me sonríe tras ser regañada por su madre, le devuelvo la sonrisa con cierta complicidad como invitándola a viajar por mis recuerdos de infancia. Vuelvo a perderme entre el verde de los naranjos, entre los puentes incansables y la fuerza de los edificios plagados de vidas y sueños.
De pronto empieza a llover suavemente, el cristal deja ser acariciado por esta tímida lluvia que asemeja rocíos de añoranza.
El tiempo pasa como un suspiro, mi viaje y el de otros muchos va más allá de lo que nuestros ojos alcanzan observar.

Ahora mi corazón esboza una sonrisa interior, pues detrás del verde de los campos, detrás de la llamada “pequeña Venecia”, el azul del mar se abre paso hacia todo aquel al que su encanto no le es inmune.
Lástima que el Sol no protagonice también esta postal, pero no obstante, he de reconocer que esto le da una pincelada de romanticismo a mi viaje.

Se vuelve todo oscuro, “próxima parada, Cabañal”, es una estación subterránea, a mi gusto, triste. Oscuridad, oscuridad y ¡zas!: luz de nuevo, el cielo gris como telón de acero.
Cúpulas violetas, edificios con historias. El asfalto parece un río incansable mientras más me acerco a Valencia, más llueve: ¿comité de bienvenida? Tal vez…

Sólo queda una parada, a mi derecha se alza, señorial y elegante, a tenor del modernismo, la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Hileras de tonalidades verdes, edificios, prisas, sonrisas, suspiros y fin de trayecto. Se abren las puertas, a unos les esperan herman@s, espos@s,novi@s, amig@s... A mi, me espera la vida.


9 diciembre 2004



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La obra de Ana María Sales Montiel puede leerse y visualizarse en:

http://acordesdelluvia.blogspot.com/

http://partiturademetaforas.blogspot.com/




3 comentarios:

Pepi dijo...

Prueba

Pepi dijo...

Querida Ana, he intentado al leer tus cuatro maravillas elegir una para comentarla, pero es imposible. Son verdaderos recitales de luz las cuatro. Sabes que desde que entré por primera vez en tu blog, me quedé enamorada de tu forma de escribir, leerte es tan hermoso como escuchar una bella melodía. Me alegro que ahora tengas un nuevo espacio donde poder disfrutar de tus bellos escritos. Mucha suerte. Un beso fuerte. Pepi.

Magec dijo...

Genial como siempre. Guapísima que sales en la foto y si no lo digo me da un algo :)

Besos desde la isla de la "supuesta" eterna primavera....